jueves, 5 de febrero de 2009

Tempura de Callos_ Paco Sánchez Godoy

Soy un friki (así, como suena) y me cuesta poco reconocerlo, aunque nunca había llegado a estos extremos. Debe ser influencia del Lolo y su empeño en fusionarse con el extremo oriente. De cualquier forma el otro día se me ocurrió y me lancé. Así que os presento, sin más preámbulos…

Callos en tempura
(o tempura de callos, que personalmente no veo la diferencia muy clara)

Y tras un silencio incómodo y algunas risas, que respeto, continúo…

No es que quiera enrollarme, ni que me paguen por palabras, es que hay dos formas de dar este primer paso: O como los profesionales o como yo.

Como los profesionales. Comprar: Un rumen o panza, a ser posible limpio, un trozo de morro, y otro de pata de vaca, chorizo, morcilla, y una punta de jamón de calidad ajustada al bolsillo. Preparadlos según receta tradicional disponible (os contaría alguna, pero son vox populi, y no tengo nada que aportar al respecto sin copiárselo a otro, la verdad sea dicha). Una vez terminado el guiso pasarlo a molde rectangular tipo bizcocho y dejar enfriar. Después (he dudado de nuevo, la verdad, pero ya os hacéis a la idea de cómo son mis amigos) refrigerar.

Como yo: Comprar en Mercadona – sección refrigerados – una barra de callos precocinados (huelga decir que no es lo mismo. No jodamos con lo que no conviene).

1.Cortar los callos en láminas finas, que no transparentes.
2.Preparar la pasta de harina de tempura (en versión rápida; comprar harina de tempura y seguir instrucciones del envase)
3.Cubrir las láminas de callos con una capa muy fina de la pasta.
4.Freír a fuego medio-alto hasta que se ablanden, pero evitando que se deshagan.
5.Poner las láminas a escurrir sobre el mejor papel del que se pueda disponer para esto (es decir, para todo el que no trabaje en un laboratorio, papel de cocina).
6.Comer antes de que se enfríe.

No voy a engañaros, no es una comida ligera (aunque los cazadores de mitos pueden disfrutar y sorprenderse buscando por ahí el contenido calórico de los callos) pero resulta como mínimo curioso.

Por cierto, como me sobraba pasta de tempura, rebocé unos rollos de jamón cocido (si, el de York) que había rellenado de queso Brie…tampoco estaban mal.

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